Vacunas

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El recorrido hasta hoy de las vacunas

Una herramienta que salva vidas

Desde que en 1796 Edward Jenner descubriera la vacuna contra la viruela el número de infectados y fallecidos por enfermedades de las que disponemos vacunas han disminuido considerablemente.

La OMS muestra estudios en el que se verifica que entre 2-3 millones de personas al año son salvadas gracias a las vacunaciones. Sólo en EE.UU. se previene que caigan enfermos más de 300 millones de niños.

Desde que se comenzara a utilizar la vacuna de la viruela sólo se tardó 3 años en erradicar la enfermedad por completo. El virus de la poliomielitis ha disminuido hasta un 99%. En los últimos 14 años se han salvado 17 millones de vidas con la vacuna del sarampión, 2,7 millones de personas eluden el sarampión gracias a las vacunas.  Existen hasta 25 enfermedades con vacunas que se han visto reducidas hasta en un 90%; Cólera, Peste, Tifus, Papiloma, Varicela, Gripe…

Cuando nos vacunamos, no sólo conseguimos nuestra propia inmunidad, sino que estamos creando inmunidad colectiva. La vacunación también es un acto de generosidad. Al vacunarnos protegemos a aquellas personas que no pueden hacerlo como por ejemplo, las personas inmunosuprimidas.

Marine Eraville era una atleta de tan sólo 16 años, con tres medallas en natación en tres Juegos Mundiales de Trasplantados. A sus dos años necesitó de un trasplante de corazón, por lo que estaba condenada a la inmunosupresión de por vida. El pasado 4 de Julio fallecía al contraer el sarampión. Marine, jamás tuvo opción para vacunarse dependía de la inmunidad colectiva para defenderse. El sarampión, una enfermedad controlada a nivel mundial que ha salvado la vida de 17 millones de personas rebrota por la baja tasa en las vacunaciones.

Los casos de Sarampión aumentaron un 400% en el año 2017 en gran parte por el “movimiento antivacunas”. Este movimiento nace en 1998 tras la publicación de un artículo en el que se asociaba la vacuna del Sarampión, Paperas y Rubeola con el autismo. Este estudio fue sólo llevado a cabo con 13 niños y se demostró que los resultados fueron alterados. Como resultado The Lancet retiró el artículo al perder toda credibilidad y al autor, Andrew Wakefield se le retiró su licencia.

A pesar de que se haya desmontado esta hipótesis y de haber presentado estudios con hasta 90.000 niños demostrando que no hay relación ninguna entre las vacunas y el autismo, sigue habiendo reticencias contra las vacunas. La inmunidad colectiva se está viendo comprometida ante la falta de vacunación.

Algunos de los argumentos utilizados por el movimiento antivacunas son el uso de sustancias peligrosas para la salud.

¿El uso de aluminio es realmente peligroso? En las vacunas se utilizan adyuvantes para mejorar la respuesta inmune, el aluminio es uno de ellos. Como promedio a lo largo del día respiramos, ingerimos o bebemos entre 30-50 mg. La cantidad presente en una vacuna es de 0.85 mg. Por lo tanto, no es un peligro real.

¿Y qué hay del Timerosal? El Timerosal es otro producto usado en las vacunas que al metabolizarse origina etil-mercurio, un compuesto que es eliminado a los 7 días. Desde 2001 las vacunas han dejado de tener Timerosal. La única vacuna que aún presenta trazas del compuesto es la del virus Influenza. Aún así, la cantidad presente es de 25 mcg, en una lata de atún podemos encontrar hasta 69 mcg.

Los argumentos de sobrecarga del sistema inmune al que sometemos a los niños tampoco se sustentan. Desde que nacemos hasta que morimos nos exponemos a más antígenos a diario de lo que encontramos en las vacunas.

Sí es cierto que pueden existir efectos secundarios, como en cualquier tratamiento que podemos tomar. Pero estos efectos secundarios, cuando comparamos con las tasas de infección no dan lugar a dudas.  El sarampión causa la muerte de 2/1000 individuos, mientras tanto su vacuna puede causar una reacción alérgica de 1/1.000.000. Como avalan los datos, este riesgo es minúsculo frente al beneficio que presenta.

Cuando nos vacunamos, no sólo protegemos nuestra salud, estamos regalando vida. Estamos protegiendo a aquellos que no pueden hacerlo. Sólo creando una sociedad inmunizada podremos erradicar enfermedades.